El debate sobre la eliminación de las PASO en Argentina: Entre la democracia y la conveniencia

Las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) son un mecanismo electoral en Argentina establecido por la Ley 26.571 en 2009. Su objetivo principal es seleccionar, dentro de cada partido o frente electoral, los candidatos que competirán en las elecciones generales. Funcionan como una elección interna dentro de cada espacio político para definir sus candidatos. Son abiertas, ya que todos los ciudadanos pueden votar en las primarias de cualquier partido sin necesidad de estar afiliados. Son simultáneas, porque se realizan el mismo día en todo el país y para todas las fuerzas políticas. Y son obligatorias, tanto para los ciudadanos como para los partidos que desean presentar candidatos en la elección general.

El objetivo principal de las PASO es filtrar candidaturas, y un precandidato debe obtener al menos el 1,5% de los votos válidos para competir en la elección general. Este sistema permite ordenar la oferta electoral, evitar la proliferación de listas y promover la competencia interna dentro de los partidos. Además, brinda la posibilidad de medir fuerzas antes de la elección general, conocer tendencias y evaluar el posicionamiento de cada espacio político.

Se utilizan en las elecciones presidenciales, legislativas nacionales, y en muchas provincias para cargos locales. En el agitado escenario político argentino, el debate sobre la eliminación de las PASO es uno de los temas más controvertidos del verano. La propuesta del gobierno de Javier Milei de suprimir este mecanismo electoral encendió la discusión en todos los frentes y en todas las internas, despertando tanto fervientes adhesiones como firmes oposiciones.

Antecedentes del mecanismo electoral

El debate sobre las PASO no puede desligarse del marco constitucional en el que surgieron. La Reforma Constitucional de 1994 introdujo un principio clave en la vida política argentina al establecer en el Artículo 38 que:

“Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización democrática, el funcionamiento de sus órganos y la postulación de candidatos para cargos públicos electivos.”

La introducción de este artículo fue uno de los logros de Raúl Alfonsín en la reforma de la Constitución de 1994, promovida por Carlos Menem con el principal objetivo de obtener su reelección.

Alfonsín había advertido que la aplastante influencia de los medios de comunicación -de la cual él mismo fue víctima- podría convertirse en la principal herramienta para la imposición de un presidente. Por esta razón, impulsó la necesidad de reconocer explícitamente el papel de los partidos en la democracia y de garantizar que su organización interna respetara principios democráticos. De este modo, se buscaba evitar que la designación de candidatos quedara exclusivamente en manos de las élites partidarias.

Alfonsín era un hombre visionario, aunque resulta difícil saber si pudo haber previsto un presente tan dominado por la virtualidad en la política nacional e internacional.

Propuesta de eliminación

Las PASO no han estado exentas de críticas. Algunos consideran que su eliminación podría interpretarse como un retroceso en la calidad democrática, ya que daría mayor discrecionalidad a los partidos para definir sus candidaturas sin una instancia de validación popular. La discusión también involucra la capacidad de los ciudadanos de influir en las elecciones desde las etapas primarias.

La administración actual argumenta que representan un gasto innecesario en un país donde la crisis económica exige recortes estructurales. Se estima que cada elección primaria tiene un costo de aproximadamente 30.000 millones de pesos. Si bien este es un monto significativo para el ciudadano común, dentro del presupuesto nacional resulta menor en comparación con otros gastos del Poder Ejecutivo.

No obstante, la eliminación de las PASO no es solo una decisión técnica o presupuestaria, sino una reforma que modificaría profundamente la dinámica electoral. Suprimir este mecanismo podría concentrar el poder en las cúpulas partidarias, permitiendo que los candidatos sean definidos por acuerdos internos sin participación directa de la ciudadanía. Asimismo, esta medida podría fragmentar a la oposición, permitiendo la proliferación de listas en la elección general y debilitando las posibilidades de construir mayorías sólidas.

Diferentes actores políticos han tomado posturas claras ante esta propuesta. La Unión Cívica Radical y el PRO han manifestado su rechazo a la derogación, defendiendo las PASO como una herramienta que garantiza la competencia interna y la transparencia en la selección de candidatos. En el peronismo, la división es evidente: mientras algunos sectores consideran que las PASO son esenciales para dirimir liderazgos, otros ven en su eliminación una oportunidad para preservar la disciplina partidaria.

Desde el oficialismo, La Libertad Avanza insiste en que las PASO constituyen una intromisión del Estado en la organización interna de los partidos y que suprimirlas permitiría a cada fuerza definir su propio mecanismo de selección de candidatos. La discusión también ha alcanzado el Congreso, donde el gobierno enfrenta dificultades para reunir los votos necesarios para aprobar la reforma. Al tratarse de una modificación del sistema electoral, se requiere una mayoría especial, un desafío que hasta ahora no ha sido superado.

Más allá del debate político, la eliminación de las PASO plantea interrogantes fundamentales sobre la calidad democrática en Argentina. La participación ciudadana en la selección de candidatos ha sido un pilar del sistema electoral moderno, y cualquier cambio que reduzca esa posibilidad debe ser analizado con sumo detenimiento. La política no es solo la administración de recursos, sino también la garantía de mecanismos que aseguren la representatividad y la pluralidad en el ejercicio del poder.

A medida que el debate avanza, las preguntas persisten: ¿Se trata de una reforma necesaria o de una estrategia para consolidar el poder de ciertos sectores? ¿Realmente la eliminación de las PASO mejorará el sistema electoral o será un retroceso en términos de democracia interna? En el convulsionado escenario político argentino, cada decisión tiene repercusiones que trascienden el corto plazo y moldean el futuro del país.

Desarrollo Web Efemosse